El evangelismo es una herramienta importante de revelarle a las personas que Dios quiere entregarles vida eterna y que el sí es verdadero. Al evangelizar por las casas, nos tupodemos dar cuenta de que la recepción de las personas al predicarles la palabra, es variada. Algunas personas reaccionan sorprendidas y reciben la palabra, otras simplemente reciben la invitación y otras manifiestan rechazo.

Pero la persona que predica el evangelio experimenta cómo Dios coloca las palabras precisas en el corazón como dice Lucas 12:12 y es sorprendente cómo ver la reacción de las personas cuando reciben esa palabra que viene del corazón de Dios, porque simplemente la persona que le predicó el evangelio, se dispuso a hacerlo. La simple disposición del corazón marca la diferencia y porque Dios siempre observará el corazón, no lo que podamos aparentar.

Entonces, lo que marca la diferencia, no es el acto de hacer las cosas, porque uno puede predicar a muchas personas, pero con el corazón sucio y de mala gana, y hasta la gente misma se da cuenta, y no trae frutos, pero si predico aunque sea a una sola perdón, pero con todo el amor al Señor y la disposición de corazón, aunque uno tenga muchas fallas, Dios sin duda hará su obra tanto para la persona que predica, usándola poderosamente, y en la persona predicada, transformando su corazón.